domingo, 29 de julio de 2012


El templo masónico, el recinto donde se reune una logia masónica es rectangular y se accede por su lado Oeste, al igual que muchos templos clásicos, menos el Templo de Salomón que se accedia por el lado Este. El Este masónico es el espacio llamado "Oriente" y es donde se coloca el Venerable Maestro de la Logia. Esta orientación Este-Oeste remonta sus orígenes al culto solar.

Las paredes de algunas logias solian estar pintadas de color azul, por esta razón la Masonería Simbólica recibe el nombre de Masonería Azul en algunos textos.

Los aprendices ocupan sus asientos a lo largo de la pared Norte. Los compañero en cambio se situan en Sur, al igual que los maestros, aunque el algunas logias los maestros ocupan las primeras filas de ambos lados.

jueves, 5 de julio de 2012


Escuadra y el Compás


la Escuadra como el Compás son útiles que acompañan a todo escolar desde sus primeros años de aprendizaje, y sin embargo, ningún plan de enseñanza registra una reflexión sobre las cualidades de los instrumentos que durante años el niño deberá utilizar en su aprendizaje. Pero la disociación que hoy existe entre un instrumento y las enseñanzas morales que nos pueda aportar, era desconocida en otro tiempo, de tal forma que no se concibió instrumento que permaneciera al margen de un contenido didáctico, referido no solo a la tarea específica para la que había sido concebido, sino fundamentalmente a una disciplina ética y moral.la Escuadra y el Compás nos sugieren, en su simplicidad, las tres situaciones posibles en el terreno espiritual. Siendo la Escuadra el instrumento a través del cual se delimita y trazan las formas posibles del mundo material, cuadrados, rectángulos, líneas rectas, el Compás, por el contrario, delimita un círculo tenido como imagen de lo Absoluto, de aquello que tiene principio y fin en sí mismo. Así pues, la Escuadra simboliza la tierra, el Compás el cielo. Cuando veamos a la primera superpuesta al Compás esto nos indicará luna situación de dominio de la materia; si, por el contrario, Escuadra y Compás se muestran entrelazados, tal situación nos advertirá sobre el equilibrio de fuerzas entre mundo material y mundo espiritual. Y si, finalmente es el Compás el que se superpone a la Escuadra, quedará claro el dominio espiritual. Pues bien, esto que parece simple y concluyente define los tres primeros grados de la masonería, sus contenidos simbólicos y sus calidades metafísica: Aprendiz, Compañero y Maestro.la Escuadra es medir magnitudes del mundo material, mientras que el Compás mide ángulos; el primero supone una aproximación al mundo de la cantidad, el segundo al de la calidad y la esencia. Por esto mismo y como veremos en otra parte, el cuadrado que puede trazarse con la escuadra es el símbolo del mundo material y el círculo que surge del manejo del compás lo es del espiritual, siendo el instrumento que corresponde al Supremo hacedor; de hecho en el arte medieval insistió abundamentemente en la asimilación de Dios al Gran Arquitecto del Universo, representado con su atributo de creador: el Compás.

domingo, 17 de junio de 2012

DIa del Padre

Padres buenos hay muchos;
buenos padres, hay pocos.
No es difícil ser un padre bueno
en cambio, no hay nada más difícil
que ser un buen padre.-
Un corazón blando basta para ser un padre bueno
pero la voluntad más firme
y la cabeza más clara
son todavía poco para hacer un buen padre.-
El buen padre dice sí cuando es sí y no cuando es no...
El padre bueno sólo sabe decir sí...
El padre bueno hace de su niño un pequeño Dios
que acaba en un pequeño demonio...
El buen padre no hace ídolos...
vive la presencia del único Dios.-
El padre bueno encoge la imaginación del hijo
con juguetes del bazar
el buen padre echa a volar la fantasía del hijo
dejándole crear un aeroplano con dos maderas viejas...
El padre bueno amanteca la voluntd del hijo
ahorrándole esfuerzos y responsabilidades...
el buen padre templa el carácter de su hijo
llevándolo por el camino del trabajo y del esfuerzo.
Y así, el padre bueno llega a viejo
decepcionado y tardíamente arrepentido...
mientras que el buen padre crece en años respetado,
querido, y es, a la larga, comprendido.-

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miércoles, 4 de abril de 2012

El Secreto


The Masonic Service Association of the United States
Volume 5 Number 1 - January, 1927
J. F. Newton
Preguntado un antiguo filósofo griego sobre cual era, según su criterio, la cualidad más importante para triunfar y la más difícil de mantener, él respondió: “Ser discreto y callado”. Actualmente, en el ruidoso y escandaloso mundo en que vivimos, donde la privacidad es prácticamente desconocida, cultivar el secreto es doblemente difícil de lo que lo fue en el pasado.

Esta es, por lo tanto, una virtud rara e inapreciable aunque se necesita poco esfuerzo para aprenderla y practicarla. Hoy en día, el mundo es un gallinero de rumores en el que se conoce casi todo, una colección de espejos donde nada permanece oculto. Si los antiguos apreciaban en grado sumo la bondad del silencio, la sociedad de ahora parece estar dispuesta a venerar al dios del cotilleo.

Alguien dijo que, si la Masonería solo enseñase a sus miembros a preservar sagradamente los secretos que otros les hubieran confiado como tales –excepto cuando razones de mayor importancia exigen romperlo--, ya habría realizado una importante tarea que, por si sola, sería su razón de ser, haciéndola merecedora del respeto de la sociedad.

En cualquier caso, no es necesario recalcarle a un masón la importancia del secreto; sin él, la Masonería dejaría de existir o se convertiría en algo tan diferente que sería irreconocible. Sólo por esta razón, la primera lección a impartir a un candidato es el deber del secreto, lo que debe quedar impreso en su conocimiento de forma indeleble.

No obstante, estrictamente hablando, la Masonería no es una sociedad secreta, si por ello entendemos una sociedad cuya presencia se trata de ocultar. Es bien conocida por todo el mundo la existencia de la fraternidad masónica y nunca se ha tratado de encubrir este hecho. Se conoce su organización, sus templos están identificados en las ciudades y sus miembros muestran con orgullo su calidad de masones. Es incluso posible obtener de los registros públicos oficiales los nombres de los miembros de la Orden, aunque no, lógicamente, de los registros de las logias que son de dominio privado.

Tampoco puede decirse con propiedad que la Masonería tiene una verdad que transmitir, desconocida hasta para los más informados. La mayoría de los análisis sobre la parte esotérica de la Masonería tiende a confundirse en este asunto y, cuando se analiza más profundamente, los únicos secretos que afloran se refieren a extrañas teorías, o filosofías imaginarias de escasa importancia. La sabiduría de la Orden está oculta, no porque sea misteriosa, sino porque es muy sencilla: su secreto es profundo, no enigmático.

Al igual que en las matemáticas hay valores principales y en la música hay notas fundamentales sobre las que se apoyan las demás, también la Masonería esta construida sobre las grandes verdades, plenas de contenido y difundidas, sobre las que se sustenta la vida misma. Ha nacido, se mantiene y tiene sus principios en esas verdades. Claro que hay misterios, de la misma forma que la vida y la muerte son misterios; hay que ser muy sabio para comprenderlos y uno de los objetivos de la Masonería es resaltar su verdadera importancia.

Así explicado, la Masonería no es una sociedad secreta, es una orden privada. En la tranquilidad de una logia retejada, en el silencio que produce el alejamiento del estrépito ruidoso del mundo exterior, en una atmósfera de reverencia y amistad, nos transmite las verdades que nos mejoran como hombres, sobre las que apoyar nuestra fe y nuestra personalidad para enfrentar el viento y las tormentas de la vida. Es tan rara su absoluta simplicidad que para muchos es tan secreta como si estuviera oculta por siete velos o enterrada en la profundidad de la tierra.

¿Cuál es el secreto de la Masonería? Su método de enseñanza, la atmósfera que puede crear, el espíritu que se respira en nuestros corazones y los lazos que rodean y fluyen entre los hombres; en otras palabras, las Logias con sus ceremonias y juramentos, los signos, los toques y las palabras, tienen el poder de evocar los que es más secreto y oculto en el corazón de un Masón. No se puede explicar cómo funciona este mecanismo, sólo sabemos que se realiza y que protege como un preciado tesoro el método mediante el cual se lleva a efecto.

Hay una tendencia a decir que los signos y los toques tienen un escaso valor, pero esto es incierto; tienen una gran importancia y nunca los cuidaremos lo suficiente de su mal uso o profanación. Benjamín Franklin hizo una famosa elegía de los signos y los toques que no se quedó en una vana elocuencia. Está justificada por los hechos y debe ser conocida y recordada:

“Estos signos y toques no tienen poco valor, hablan un lenguaje universal y tienen el efecto de un pasaporte a la atención y el apoyo de todos los iniciados en cualquier parte del mundo. No pueden perderse en tanto que, como recuerdo, mantienen su poder. Aunque a su poseedor se le exilie, naufrague, se vea en prisión o se le desprovea de todo cuanto ha tenido en su vida, siempre le quedan estas credenciales que están disponibles para su utilización cuando lo requieran las circunstancias.

Los benéficos efectos que han producido quedan reflejados en hechos históricos incuestionables. Han detenido la mano de los destructores, han suavizado las acciones de los tiranos, han mitigado los horrores de la cautividad y han roto las barreras que levantan las posiciones sectarias y de enfrentamiento político.

En el campo de batalla, en la soledad de las selvas vírgenes o en la abigarrada ciudad, se han formado hombres de sentimientos hostiles, de religiones muy antagónicas y de la más diversa condición humana, pero que están dispuestos a ayudarse mutuamente y sienten una satisfacción y un reconocimiento social porque han sido capaces de aportar consuelo a un hermano masón”.

También es cierto, y no de menor importancia, que, en la marcha de la vida diaria, los signos y toques han unido a los hombres, manteniéndoles juntos de una manera singular y sagrada. Abren las puertas de la soledad en la que vive cada ser humano, forman una cadena que nos une con hombres de la Orden en todas partes y nos capacitan para ayudarnos unos a otros de muchas e incontables maneras. Se teje así una red de compañerismo, amistad y fraternidad a lo largo del mundo entero, lo que aporta algo amable y bueno a nuestras vidas, sin lo cual seríamos, decididamente, más pobres espiritualmente.

No olvidemos nunca que la vida viene del espíritu, la letra por sí sola está vacía. Un viejo hogar significa miles de cosas importantes para quienes las pusieron allí. Su disposición y el conjunto que forman, así como el espacio en el que se asientan, es algo sagrado para cada uno; pero, si un extraño lo adquiriese, estas cosas sagradas no significarían nada para él. El espíritu ha desaparecido, el brillo se ha apagado. Esto es lo que ocurre con la Logia, si se abriera a los ojos curiosos de los profanos se arruinaría su belleza, su poder se anularía.

El secreto de la Masonería, igual que el de la vida, sólo pude conocerlo aquel que lo busca, lo comprende y lo vive. No se puede expresar, hay que sentirlo y entenderlo; de hecho, es un secreto abierto y cada iniciado lo entiende de acuerdo con su búsqueda y sus capacidades. Como todo lo que merece ser conocido, nadie puede conocerlo por otros ni tampoco puede conocerlo sólo por sí mismo, únicamente se puede aprender en compañía, en el intercambio vital, de espíritu contra espíritu, rodilla contra rodilla, pecho contra pecho, mano contra mano.

Por estas razones no debemos preocuparnos por cualquier libro escrito para exponer públicamente a la Masonería. Resulta completamente inofensivo. El secreto real de la Masonería no se puede aprender con miradas inquisitivas o búsquedas curiosas. Desde luego, es nuestra obligación proteger la privacidad de las logias, pero el secreto masónico sólo lo pueden conocer aquellos que están preparados y son merecedores de recibirlo. Un corazón puro y una mente honesta son candidatos para conocerlo; otros buscarán en vano y no lo encontrarán, incluso aunque lleguen a aprender los signos y los toques de cada rito y cada grado de la Orden.

Más allá de la intención de esconder sus secretos, la Masonería está permanentemente intentando trasmitirlos al mundo de la única forma en que puede hacerlo: por medio del perfeccionamiento del carácter y de los comportamientos que se empeña en crear y obtener de sus miembros. Todos los trabajos de la Masonería se dedican a modelar un hombre ayudándole a descubrirse y a que se desarrolle. Es como una cantera en la que se pulimentan las rugosas piedras de la humanidad para su mayor lucimiento.

Si la Masonería utiliza el señuelo del secreto es porque está en la naturaleza del hombre desentrañar lo que está oculto y desear lo prohibido. Dios también se nos oculta, de forma que, buscándole entre las sombras de la vida, podamos al fin encontrarle y encontrarnos a nosotros mismos. Quien no tiene la suficiente inquietud por Dios como para buscarle, jamás le encontrará aunque Él no está muy lejos de nosotros.

Aquel que se acerque a la Masonería de esta manera descubrirá que su vida masónica es una gran aventura. Es una fuente constante de nuevas experiencias, algo nuevo se nos presenta a cada momento, algo nuevo en sí mismo ya que la vida se intensifica con los años, y algo nuevo en masonería a medida que se entiende su significado. El Masón que considera aburridos a sus grados y un galimatías su ritual tan sólo demuestra la medida de su propia mente.

Si un ser humano ya supiera todo de Dios y los hombres, la Masonería no tendría nada que enseñarle; pero es un hecho que el más sabio de los hombres sabe realmente muy poco. El camino es poco claro y nadie puede ver muy lejos. Somos buscadores de la verdad y Dios nos ha hecho de forma que no la encontremos solos, sino con el amor y la ayuda de un compañero. Este es el auténtico secreto, y descubrirlo es conseguir la llave del significado y de la alegría de la vida.

La Verdad no es un regalo, es un premio. Para conocerla hemos de ser verdaderos, para encontrarla hemos de buscarla, para entenderla hemos de ser humildes y para conservarla hemos de tener una mente clara, un corazón valeroso y el amor fraternal de aplicarla en el servicio de la humanidad.extraido del blog , la piedra bruta

domingo, 22 de enero de 2012

Los rituales ingleses tras el Acta de Unión de 1813

La reorganización de la Francmasonería en Inglaterra, entre 1725 y 1751, acabaría con la fijación de las dos grandes familias de rituales masónicos: La de los "Modernos" y la de los "Antiguos." Todos los Ritos masónicos practicados en el mundo provienen de una u otra de estas dos familias (o a veces de las dos en proporciones variables) cualquiera que sea, por otro lado, su a menudo engañosa denominación. La creación en 1717 de la primera Gran Logia de Londres y Westminster marca la aparición de la Francmasonería especulativa obediencial. Su legitimidad será cuestionada sin embargo en 1751 con la aparición de una segunda Gran Logia que se autodenominará de los "Antiguos". La vida masónica inglesa estuvo marcada durante 62 años (de 1751 a 1813) por una viva oposición entre estas dos Grandes Logias.

En 1799, la masonería inglesa estuvo a punto de desaparecer bruscamente. Temiendo que los efectos de la Revolución francesa alcanzaran Gran Bretaña, el gobierno intentó establecer una ley que prohibiese "las sociedades sediciosas e ilegales" (empezando por las sociedades secretas). La Francmasonería sólo pudo escapar de esta prohibición poniendo por delante su lealtad (testimoniada por la presencia de grandes del reino a su cabeza, como era el caso de los duques de Sussex en la Gran Logia de los Modernos y el duque de Kent al frente de los Antiguos) y aceptando un proyecto de unificación y de reorganización.

Esta "Secret and unlawfull societies act" es pues el origen del nacimiento en 1813 de la Gran Logia Unida de Inglaterra. Para tratar este delicado asunto se constituye una "Logia de Reconciliación" que elaboró entre 1814 y 1816, un ritual que refleja la unión de los dos corrientes. Los especialistas consideran en general que este ritual debe mucho más a los usos de los "Antiguos" que a los de los "Modernos". Así paradójicamente, el Rito Francés, practicado en Obediencias como la GLNF y también en la GLE , es hoy el único representante de la tradición ritual de las "Modernos", es decir, de la Primera Gran Logia.

Una vez elaborado el ritual, que conviene llamar Rito Inglés, debió darse a conocer. Así pues, estando prohibido imprimir los rituales, se decidió constituir algunas logias especiales donde los hermanos pudieran ver demostraciones y aprender el nuevo ritual. Así fueron constituidas la Stability Lodge of Instruction en 1817 y la Emulation Lodge of Improvement en 1823. Estas logias de instrucción estaban compuestas por los antiguos miembros de la Logia de Reconciliación. Las logias de instrucción, sin embargo, establecieron variantes sobre muchos puntos secundarios, incluso completamente menores. Es por ello que el Rito Inglés conoce varios "working", expresión de la que la mejor traducción es, probablemente, "estilos". Las diferencias entre los “estilos” Stability, Emulation… pero también otros como el Universal, West End, Taylor's, Oxonian, son sin embargo mínimas.

Siguiendo la expansión británica, el Rito Inglés conoció una gran difusión a través del mundo, los azares de la historia hicieron que fuera sobre todo su variante Emulación la que tuvo mayor implantación, hasta tal punto que para muchos masones que no eran británicos, el Rito Inglés estilo Emulación se convirtió sencillamente en el Rito Emulación.